La agricultura sostenible es clave para enfrentar el cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria. Mediante prácticas ecológicas, como la rotación de cultivos, el uso eficiente del agua y la conservación del suelo, es posible reducir el impacto ambiental y mejorar la resiliencia de los sistemas agrícolas. Adoptar estas estrategias permite una producción más eficiente y sostenible a largo plazo.

¿Cómo afecta el cambio climático a la agricultura?
Impacto en los cultivos y el suelo
El aumento de temperaturas, las sequías y las lluvias extremas alteran el crecimiento de los cultivos. Además, la erosión y la pérdida de nutrientes en el suelo afectan la productividad, reduciendo la calidad y cantidad de las cosechas.

Prácticas sostenibles para combatir el cambio climático
Rotación y diversificación de cultivos
Métodos como el compostaje y la rotación de cultivos mejoran la fertilidad del suelo y reducen la erosión. Estas prácticas no solo benefician el medio ambiente, sino que también aumentan la productividad de las tierras agrícolas a largo plazo.
Uso eficiente del agua
Implementar sistemas de riego por goteo y captación de agua de lluvia puede ayudar a conservar este recurso vital. Además, es importante fomentar el uso de tecnologías que permitan el monitoreo constante del consumo de agua.




